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El conocimiento de algunas nociones básicas del aparato digestivo de los rumiantes es importante en el estudio de la nutrición, en virtud de sus peculiaridades. Los rumiantes son clasificados como animales de estómago compuesto, constituidos de cuatro compartimientos: retículo, rumen, omaso y abomaso. Los monogástricos, sin embargo; son animales que poseen un compartimiento simple para la digestión gástrica.
La principal característica de los rumiantes es la capacidad de regurgitar los alimentos para masticarlos, lo que le faculta aprovechar mejor la energía de los alimentos fibrosos, a través de la microflora del rumen. En ese sentido las forrajeras pasan directamente hacia el rumen y el retículo, considerados los estómagos de almacenamiento. El rumen y el retículo no están totalmente separados, siendo la abertura del esófago de los dos. Ninguno de esos dos compartimientos secreta enzimas y sus paredes son revestidas por una mucosa conteniendo innumerables arrugas. Ese arreglo facilita la retención de objetos extraños eventualmente ingeridos por los animales como clavos o pedazos de alambres. Ocasionalmente, esos objetos extraños perforan el rumen o el retículo y causan serios daños al animal.
La principal característica de los rumiantes es la capacidad de regurgitar los alimentos para masticarlos, lo que le faculta aprovechar mejor la energía de los alimentos fibrosos, a través de la microflora del rumen. En ese sentido las forrajeras pasan directamente hacia el rumen y el retículo, considerados los estómagos de almacenamiento. El rumen y el retículo no están totalmente separados, siendo la abertura del esófago de los dos. Ninguno de esos dos compartimientos secreta enzimas y sus paredes son revestidas por una mucosa conteniendo innumerables arrugas. Ese arreglo facilita la retención de objetos extraños eventualmente ingeridos por los animales como clavos o pedazos de alambres. Ocasionalmente, esos objetos extraños perforan el rumen o el retículo y causan serios daños al animal.
El retículo funciona en
el desplazamiento del alimento ingerido para el rumen o para el omaso, en la
regurgitación del alimento y en la expulsión de los gases. El rumen es el mayor compartimiento del
tracto gastrointestinal y ocupa casi todo el lado izquierdo de la cavidad abdominal.
Básicamente, funciona como una gran cámara de almacenamiento y de fermentación
de los alimentos, con producción de los llamados ácidos grasos volátiles
(energía), proteína bacteriana y otros productos. Además de eso, los
microorganismos del rumen también son
capaces de sintetizar las vitaminas del complejo B y K. Para una perfecta simbiosis, el rumen ofrece
todas las condiciones favorables a los microorganismos tales como:
- · pH entre 5.5 y 7.0 (frecuentemente puede encontrarse entre 6.8 y 6.9);
- · Temperatura entre 38 y 42 ªC;
- · Humedad entre 85 y 90%;
- · Suministro continuo de nutrientes;
- · Eliminación continua de los productos finales de la fermentación;
- · Desplazamiento continúo de la ingesta.
El ambiente ruminal
casi no tiene oxigeno, y la población microbiana presente en el rumen es
representada, principalmente, por bacterias y protozoarios.
Las
funciones principales del omaso están relacionadas con la absorción de la mayor
parte de agua ingerida por el animal (cerca de 60% a 70%) y con la reducción de
las partículas antes de su pasaje para el abomaso. El abomaso es
considerado el estomago verdadero o glandular del rumiante y su mucosa secreta
el jugo gástrico.
La rumia es una
estrategia desarrollada por los rumiantes para librarse de la entrada de
patógenos, además de que permite ingerir grandes cantidades de alimentos en un
tiempo relativamente corto y así completar la masticación mas tarde. La rumia consiste básicamente en la
regurgitación del alimento ingerido, que vuelve a la boca para ser nuevamente
masticado, ocasión en que el animal se echa para rumiar. Después de remasticado, el alimento es
nuevamente tragado, pasando por el omaso, lugar donde ocurre la absorción de
agua del bolo alimenticio, siguiendo de ahí para el abomaso, donde se procesa
la digestión química, y posteriormente, para el intestino donde este proceso de
digestión finaliza.
El bovino dura cerca de
8 horas por día rumiando, y un ciclo de rumia (entre regurgitar, remasticar y
tragar) dura, en media, un minuto. La
fermentación ruminal resulta en gran producción de gases, principalmente gas carbónico
y metano que deben ser eliminados. Los
rumiantes desarrollaran la capacidad de eliminar ese gas silenciosamente,
también como estrategia para protegerse de los enemigos naturales.
A continuación, verán un video interactivo sobre la anatomía y fisiología del sistema digestivo de los animales rumiantes.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Lopes, H. O. S.; 1998. Suplemetaçao de Baixo Custo para Bovinos.
Mineral e Alimentar. EMBRAPA. (Empresa
Brasileira de Pesquisa Agropecuária).
Brasilia, DF. 107p.
Shimada, A. 1993.
Fundamentos de Nutrición Animal Comparativa, México, 1a
Edición, 1983.
Vargas, E. 1984.
Tabla de Composición de Alimentos para Animales de Costa Rica, San José,
Editorial de la Universidad de Costa Rica, 1a Edición.
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